El cambio no fracasa por falta de ideas, sino por falta de gestión
Toda empresa, grande o pequeña, va a cambiar: por necesidad, por crecimiento, por tecnología, o simplemente por supervivencia.
Pero cambiar no es solo “hacer cosas nuevas”, es mover a las personas, los procesos y la cultura en una nueva dirección.
El problema no es el cambio, sino cómo se gestiona.
Resistencia del equipo
Caída de productividad
Ambigüedad en funciones
Clima laboral tenso
Pérdida de clientes o control
Un cambio mal implementado puede ser más costoso que no haberlo intentado.
Define claramente el “por qué”
Explica la necesidad del cambio. Las personas aceptan mejor lo que entienden.
Involucra al equipo desde el principio
Hazlos parte del proceso. Escuchar y adaptar ayuda más que imponer.
Comunica con frecuencia y transparencia
Aunque no tengas todas las respuestas, sé claro en lo que sabes.
Capacita para el nuevo escenario
Nuevas herramientas, roles o procesos requieren apoyo.
Define responsables del cambio
No es tarea “de todos”. Alguien debe liderarlo, dar seguimiento y resolver bloqueos.
Mide el avance y celebra los logros parciales
Reconocer progreso fortalece la motivación.
1. Preparar: Diagnóstico + comunicación + plan
2. Ejecutar: Implementación + soporte + ajustes
3. Sostener: Refuerzo + feedback + nuevos hábitos
Una empresa de manufactura quería digitalizar su control de inventario.
Al principio, los operarios se resistieron. Se hizo una capacitación con sus propios casos, se incorporó su feedback al sistema, y se reconoció a los primeros en usarlo bien.
En 3 meses, todos lo usaban, con menos errores y más velocidad.
Gestionar el cambio no es solo tener una buena idea: es lograr que el equipo entienda, acepte y adopte una nueva forma de trabajar, sin frenar la operación ni dañar el clima.
Gestión PyME
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